"Ese dios que tú admites no es sino el fruto de la ignorancia, de un lado, y de la tiranía, de otro; cuando el más fuerte quiso encadenar al más débil le persuadió de que un dios santificaba las cadenas con que le oprimía, y éste, embrutecido por su miseria, creyó todo lo que el otro quiso". Marqués de Sade, Justine
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